De vacíos y cristales

Cristales que se clavan
como restos de cloruro llenando las entrañas. 
 
La sal seca que me ahoga,
los poros colapsados. 
 
Romperse de evitar,
quebrarse de negar. 
 
Vacíos que llenan,
cristales que no cortan.

De vacíos y cristales, 2017. Instalación.

Bajo la intención de saltar al  formato instalativo partiendo del concepto de Vacío (2017), nace De vacíos y cristales. Se experimenta con el espacio buscando una forma distinta de acercamiento a la pieza para que el espectador pueda rodearla y mirarla desde distintas perspectivas. Se pasa de observar la obra desde un único punto de vista (como sucede en el libro) a poder transitarla, no sólo por su disposición espacial, sino también porque los marcos presentan imagen en ambas caras.

En cuanto al plano conceptual, se trata, de nuevo, de un proyecto de carácter introspectivo y autorreferencial abordando los temas del vacío y de la ausencia propia y partiendo para ello de un momento vital concreto, el punto de inflexión en el que aparece la depresión.

El título, De vacíos y cristales, hace referencia, por una parte, al sentimiento de vacío y, por otra, a las lágrimas no lloradas (los cristales). Una vez escribí que, por negarme el llorar, se me estaban cristalizando las lágrimas y se me clavaban por dentro.

Más allá de la parte formal, predomina el interés por la parte conceptual. Así, capas y transparencias hacen referencia al desnudo emocional ante el espectador. Las capas, además, aluden a todo lo que me conforma, a los sentimientos encontrados que se tapan y destapan. Las transparencias funcionan también como símbolo de lágrimas y de verdad. En cuanto a las fotografías utilizadas son, de nuevo, autorretratos abstractos -en algunos casos negativos-. Están cortados, doblados, pegados, superpuestos…